A mi entender, lo que más echo de menos en la película (además de la música de John Williams desde hace un par de entregas) es todo lo relacionado con el pensadero y los recuerdos recolectados durante años por Dumbledore. Sólo vemos dos de ellos: la primera vez que Dumbledore tiene contacto con Tom Riddle y, más adelante, el recuerdo que el profesor Slughorn ha escondido con tanto celo por vergüenza y cobardía. Y es que el punto más flojo de la película no depende de la realización ni el guión, sino del propio material del que bebe.
Ya he comentado que el sexto libro es mi favorito de la serie Harry Potter porque es el más psicológico. En realidad no tenemos ni una sola escena de acción hasta que llegamos a los últimos capítulos del mismo. El libro trata de hacernos descubrir, al mismo tiempo que Harry, la personalidad del mago más fascinante y poderoso de cuantos han existido nunca: Lord Voldemort. Todos los recuerdos que Dumbledore comparte con Harry están encaminados a comprender su manera de pensar, de actuar, por qué hizo lo que hizo y continúa haciéndolo, comprender por qué, siendo tan parecido a Harry (como ya nos han ido sugiriendo en las anteriores entregas) toman caminos tan diferentes. Voldemort no es un ser divino, sino un ser humano cuyo mayor miedo es desaparecer en el olvido y cuya única aspiración es el Poder. Creo que esa es la mayor laguna que veo en la película, aunque comprendo que para realizar una película hay que realizar sacrificios y que, como ya he comentado antes, el lenguaje cinematográfico tiene unas necesidades a las que no tiene por qué restringirse una novela.
Me hubiese gustado ver la escena de Voldemort pidiendo trabajo a Dumbledore en Hogwarts (por un interés muy concreto), ya totalmente investido en sus poderes.
Y también me hubiese gustado que el tema de los horrocruxes se hubiera explicado un poco más, no tan de pasada. Y qué decir del misterio que da nombre a película y libro. Queda solventado en una sola frase al final de la película, y además, nos deja sin el cruce de palabras entre Harry y su perseguido, del que podríamos hablar en otro momento, cuando el estreno de la película quede más lejano para evitar desvelar el meollo final de la trama...
Lo mejor, sin duda, la escena de la cueva, del que también os coloco algunas capturas:
Es una escena poderosa, empezando por la imagen de Harry y Dumbledore en el islote, pero tiene un (gran) fallo a mi entender: tal como se desarrolla la película, parece que se encuentra ahí sin venir a cuento, sólo por lo poderoso y evocador que tiene esa imagen. Los que hemos leído el libro sabemos el por qué de ir a ese lugar por todo lo que os he comentado antes de la psicología de Voldemort, pero al ver la película uno no sabe por qué demonios van a ese lugar, cuando el lugar en sí también tiene importancia.
Una vez dentro, las imágenes son evocadoras y muy poderosas, siendo un fiel reflejo de lo imaginado por J.K.Rowling en su libro. Me encanta esa imagen de Dumbledore, demostrando de lo que es capaz a pesar de que, los años (y otras cosas) no pasan en balde ni tan siquiera para alguien tan poderoso como él. En esta última parte de la película sólo hecho de menos mi frase favorita de todo el libro. No la recuerdo exactamente, tendría que buscarla y no tengo los libros a mano en este momento. Pero viene a ser:
Harry: No se preocupe profesor
Dumbledore: No tengo miedo, Harry, porque estoy contigo
Y es que el libro no se trata sólo de un aprendizaje por parte de Harry de la personalidad de Voldemort, sino de aprednder acerca del sacrificio propio, de madurar, y de que no siempre va a tener al lado a gente que le saque las castañas del fuego. Que él tiene que aprender a valerse por sí mismo, y que aún tiene mucho que aprender, aunque ya no le queden casi películas, jejeje...
En resumen, que os recomiendo que vayáis a verla, si sóis seguidores de los libros de Harry, con la mente abierta, sin ideas preconcebidas y teniendo en cuenta las diferencias entre los medios escritos y visuales. Y ya sé que se han inventado alguna escena (concretamente una relativa a la Madriguera, la residencia de la familia Weasley) pero esa a la que me refiero tiene un motivo muy claro: como ya os he dicho, el libro es muy psicológico y no tiene acción apenas hasta muy entrado el final de la trama. Así pues, la inclusión de una escena de más "acción" (y justo a mitad de metraje, podéis comprobarlo cuando la veáis) es en aras de dotar a la película de más ritmo.
Así pues, me siento satisfecho con la película, reconociendo que no es tan bueno como el libro, y me hace esperar con ganas la resolución de esta saga cinematgráfica que como ya sabréis a estas alturas (y si no yo os lo digo) va a estrenarse en dos entregas finales. Y eso me parece estupendo, porque si en todos los libros (desde el primero) hay detalles que se revelan importantes al final, en el séptimo libro prácticamente todo lo que sale es de vital importancia para comprender todo lo que ya hemos leído y lo que nos queda por leer... y seguramente entonces sí que echaría de menos multitud de pasajes de la novela.
Hasta la próxima... (comiendo unas grageas de todos los sabores de Bertie Botts)